Filosofía de Janda

El enfoque de Janda para la evaluación y el tratamiento del dolor musculoesquelético crónico se centra en la importancia del sistema nervioso central para mediar el dolor crónico a través del desequilibrio neuromuscular.

Estructura vs. Función:

En la medicina musculoesquelética, hay dos escuelas principales de pensamiento, es decir, un enfoque estructural o funcional. En el enfoque estructural, se enfatiza la patología de estructuras estáticas específicas; Este es el enfoque ortopédico típico que enfatiza el diagnóstico basado en evaluaciones localizadas y pruebas especiales (rayos X, resonancia magnética, tomografía computada, etc.). Por otro lado, el enfoque funcional reconoce la función de todos los procesos y sistemas dentro del cuerpo, en lugar de centrarse en un solo sitio de patología. Si bien el enfoque estructural es necesario y valioso para las lesiones agudas o la exacerbación, el enfoque funcional es preferible cuando se trata el dolor musculoesquelético crónico.

El Sistema Sensoriomotor:

En el dolor crónico, las pruebas diagnósticas especiales de áreas localizadas (por ejemplo, radiografías Lumbar) suelen ser normales, aunque el paciente se queja de dolor. El sitio del dolor a menudo no es la causa del dolor. La evidencia reciente apoya el hecho de que el dolor crónico está mediado por el SNC (Staud et al. 2001). De manera similar, la investigación sobre la eficacia de los diferentes modos del manejo del dolor crónico ha mostrado un efecto central del ejercicio para disminuir el dolor crónico de espalda baja (Mannion et al. 1999). Esta investigación apoya la base del enfoque de Janda: la interdependencia del sistema musculoesquelético y del sistema nervioso central. Janda afirma que estos dos sistemas anatómicos no pueden separarse funcionalmente. Por lo tanto, el término "sistema sensoriomotor" se usa para definir el sistema funcional del movimiento humano. Además, los cambios dentro de una parte del sistema se reflejarán en compensaciones o adaptaciones en otros lugares dentro del mismo debido al intento del cuerpo de lograr la homeostasis (Panjabi, 1992).

El sistema muscular a menudo refleja el estado del sistema sensorimotor, ya que recibe información de los sistemas musculoesquelético y del SNC. Los cambios en el tono dentro del músculo son las primeras respuestas a la nocicepción del sistema sensoriomotor. Esto ha sido apoyado por varios estudios que demuestran el efecto de la patología articular en el tono muscular. Por ejemplo, la presencia de derrame en la rodilla causa una inhibición refleja del vasto medial (Stokes & Young, 1984). Se ha demostrado que el multifido se atrofia en pacientes con dolor lumbar crónico (Hides et al. 1994), y los músculos muestran una mayor latencia después de los esguinces de tobillo (Konradsen y Raven, 1990) y desgarros de LCA (Ihara y Nakayama, 1986). Bullock-Saxton (1994) demostró el efecto global de la patología conjunta en el sistema sensorimotor. Notó un retraso en los patrones de activación de los músculos de la cadera y disminución de la sensación vibratoria en pacientes con esguinces de tobillo.

Debido a la participación del sistema nervioso central en el desequilibrio muscular y el dolor, Janda enfatiza la importancia del sistema propioceptivo aferente. Un bucle reflejo de los mecanorreceptores capsulares de la articulación y los músculos que rodean la articulación es responsable de una estabilización articular refleja (Guanche et al. 1995; Tsuda et al. 2001). En la inestabilidad crónica, la desaferenciación (la pérdida de información aferente adecuada de una articulación) es a menudo responsable de la mala estabilización articular (Freeman et al. 1965).

Sistemas Musculares Tónicos y Fásicos:

Janda identificó dos grupos de músculos basándose en su desarrollo filogenético (Janda, 1987). Funcionalmente, los músculos se pueden clasificar como "tónicos" o "fásicos". El sistema tónico consiste en los "flexores", y es filogenéticamente más antiguo y dominante. Estos músculos participan en actividades repetitivas o rítmicas (Umphred, 2001) y se activan en sinergias de flexores. El sistema fásico consiste en los "extensores", y emerge poco después del nacimiento. Estos músculos trabajan de forma excéntrica contra la fuerza de la gravedad y emergen en sinergias extensoras (Umphred, 2001).

Janda observó que los músculos del sistema tónico son propensos al acortamiento, y que los músculos del sistema fásico son propensos a la debilidad o inhibición. Basándose en sus observaciones clínicas de pacientes ortopédicos y neurológicos, Janda descubrió que esta respuesta se basa en la respuesta neurológica de la nocicepción en el sistema muscular. Por ejemplo, después de las lesiones estructurales en los sistemas nerviosos centrales (como la parálisis cerebral o el accidente cerebrovascular), los músculos flexores tónicos tienden a ser espásticos y los músculos extensores fásicos tienden a estar flácidos. Por lo tanto, los patrones de desequilibrio muscular pueden deberse a la influencia del SNC, en lugar de a cambios estructurales dentro del mismo músculo.

Es importante tener en cuenta que esta clasificación no es rígida, ya que algunos músculos pueden presentar características tanto tónicas como fásicas. También se debe tener en cuenta que, además de la predisposición neurológica al acortamiento o debilidad, los cambios estructurales dentro del músculo también contribuyen al desequilibrio muscular. Sin embargo, en el dolor crónico que está centralizado dentro del SNC, los patrones de desequilibrio muscular a menudo son el resultado de una influencia neurológica en lugar de cambios estructurales.